No hay que obsesionarse con el número de seguidores en redes sociales

Como dicen muchos anuncios de cremas, “estudios independientes demuestran…” … (en este caso) que hasta el 46% de los seguidores de algunas marcas son bots o cuentas falsas con actividad falsa para abultar el número de seguidores. Y estamos hablando de marcas como Coca-Cola o Vodafone…

Entre los profesionales que se dedican a comunicar en redes sociales se comenta mucho lo de la compra de fans, de amigos, de seguidores o de actividad de los mismos… recomiendo la lectura del artículo de Enrique Dans al respecto de esto: “Cuentas falsas, fraude y futuros disfuncionales”

En la última Campus Party que hubo en Valencia escuchamos hablar de precios: a 1 € si los querías españoles; 0,60 € sudamericanos y entre 10 y 20 céntimos por cada seguidor indio o chino… Ahora ya han bajado muchísimo más de precio. Y también es vox populi como algunos que se dicen community managers se jactan de tener 80, 100, 200 cuentas falsas bajo su control que utilizan para impulsar un evento o para impresionar a un cliente nuevo. Hace unos años se creaban robots para crear visitas falsas a las webs e inflar estadísticas… ahora hacen perfiles falsos de personas que no existen.

Estamos en un mundo de cifras y no podemos evitar darle más importancia a la cantidad que a la calidad, entre otras razones porque la cantidad es medible objetivamente y con la calidad entramos en criterios más subjetivos, en medidores más complicados o en análisis para los que hacen falta más de 2 programitas automáticos y muy poca formación (estamos hablando de factores sociológicos, psicológicos, etc). Todos hemos tenido clientes con 200 fans en Facebook que participan, que hablan, que son fieles seguidores de la marca, que vuelven a comprar porque están fidelizados… y esto es un logro indiscutible, pero ellos se sienten unos fracasados frente a otras empresas “con miles” de seguidores donde hace 15 días que no actualizan su muro y donde obtienen como máximo 3 “me gusta” (de sus 3 empleados obligados) cuando hacen una publicación en Facebook. Páginas que aparentan mucho y que no pasan ni la primera criba cuando te pones a analizarlas un segundo, pero eso no cuenta, lo que cuenta es el primer golpe de vista, el número.

Si pensamos en las palabras “redes” y “sociales” podríamos deducir que se trata de socializar, de comunicarse en todas direcciones, de que yo te pase algo y tú se lo enseñes a tus amigos… ¿os acordáis de aquel anuncio de un detergente que decía “se lo diré a mi vecina del quinto y a mi madre”…? Pues eso… no se trata de crear volumen a base de levadura y humo sino comunidad a base de humanidad.

El valor está en la calidad de las relaciones y después de eso viene el consumidor vinculado emocionalmente a una marca y si está bien atendido el consumidor además se sentirá satisfecho y, entonces, solo entonces, vendrá el aumento en las ventas, en la reputación, etc… es así, un trabajo de chinos. Cualquier otra cosa que os digan, desde nuestro trabajo de hormiga y no de cigarra podemos afirmar que es mentira: “contrate 10 horas al mes con una actualización de Facebook al día y aumente sus ventas entre un 20 y un 30 por ciento”…  men-ti-ra.

Entonces, ¿por qué todos seguimos mirando y hablando del número de followers, seguidores, fans…?

porque vivimos en la cultura del aparenteo;

porque hay demasiados vendedores de crecepelo (como en todos los sectores) a los que les interesa seguir con esta mentira porque no saben trabajar de la otra forma. Lo difícil e ingrato es hacerlo de una manera lenta, artesanal y exigente;

porque es muy duro explicarle la realidad a un cliente: que debe ser paciente para obtener resultados (que a la larga son más sólidos) pero es más fácil el pan para hoy y hambre para mañana.

Y porque si se hace como se debe hay que trabajar el doble por la mitad de dinero…